Varón de 47 años. Sufre migrañas desde los veinte años, según cree recordar.
La migraña es practicamente constante salvo raros momentos en los que no la siente. Estos momentos de calma son excepcionales.
Trabaja en la siderurgia, en una fábrica cercana a su casa.
El frío es lo único que alivia su dolor. Duerme en el balcón aún en los inviernos más gélidos, sentado en una silla y cubierto por un edredón, dejando a la intemperie la cabeza para que esté fría. Cuanto más frío hace menos le duele la cabeza. Y al día siguiente va a trabajar a la fábrica.
Alguien le ha hablado sobre las bondades de la reflexoterapia podal que practico y ha venido a probar fortuna ya que ha probado todo tipo de terapias y medicinas.
Tras mi primer masaje en el que encuentro algunas irregularidades que trato de subsanar, durante dos días sufre de unas terribles migrañas como nunca había tenido de fuertes, pero al tercer día el dolor remitió hasta desaparecer totalmente.
Seis años después sigue sin tener siquiera un leve dolor de cabeza. Ahora puede dormir en la cama.
De migrañas "ni nombrarlas" dice.
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